jueves, 31 de marzo de 2011

Boceto

Esto es entre preview, boceto, experimento o como le quieran llamar. Y esto dice mas o menos así:


Mi nombre, a ti no te interesa mi nombre, pero puedes llamarme Rosco. ¿Qué hago aquí? Beber un vaso de ron y fumar un cigarro mientras espero sentado en la barra de este bar llamado "El Eterno", curioso nombre para un lugar como este. ¿Esperabas una respuesta más filósofica a la pregunta de ¿qué hago aquí?, pues no la esperes de mí.


Es un día como cualquier otro, el bar lleno de gente, más no se escucha mucho alboroto, la mayoría son viejos, mutilados, alcohólicos, el desperdicio de años y años de una vieja ciudad.


En aquella esquina "el Profesor" interroga a algunos comensales que jugaban cartas, cuestionándolos sobre si la "e" es una vocal fuerte o débil, no tardarán mucho en pedirle cordialmente que se retire, sólo un puñetazo, algunos gritos. No lo llamamos el profesor por ser el más brillante, de hecho es una mofa bastante cruel, pues sólo es una víctima más de toda la mierda que pasa en esta ciudad.


El tipo recibió una bala en la cabeza, debió morir, como héroe, ahora sólo es una caricatura que demuestra lo irónico que es la vida, que se dedica a balbucear temas que escucha de la maestra que vive en el departamento de abajo del edificio viejo donde vive, la cual todos los días ensaya sus clases. Viste un sueter de rayas horizontales de color negro con rojo, que no alcanza a cubrir su barriga, es lampiño, bajo de estatura y la bebida le pone las mejillas coloradas dándole un aspecto infantil que causa la lástima de algunos que por simpatía o miedo a terminar así le invitan un trago de vez en cuando o le regalan alguna moneda.


En una de las mesas del centro se encuentra "el Abuelo", es el más viejo de todos, vistiendo con una elegancia única, pero pasada de moda, luciéndo una extremada delgadez, con los pocos cabellos que se niegan a abandonar su cabeza perfectamente peinados y el bigote finamente recortado, tratando de esconder una vieja cicatriz, que ofende la vanidad del anciano.


Presume de conocer todo lo necesario del negocio, de haberse trabajado con todos los grandes, de ser una leyenda, yo sólo veo a un estúpido borracho, que cuál mono cilindero entretendrá a cualquiera que esté dispuesto a escuchar sus historias a cambio de invitarle unos tragos, desgraciadamente veo un espejo de lo que no me quiero convertir, después de todo él es el más claro de ejemplo de que nuestra profesión no tiene plan de jubilación.


Nuestra profesión sólo tiene dos planes, terminar asesinado como un perro o hacerse viejo, rico, tener una familia y dejarla llena de lujos para morir como un rey, en campaña o de viejo. Como sea no saldrás vivo, certeza que tenemos todos, sin embargo, en nuestra profesión son pocos los que consiguen fortuna, la mayoría acabamos muertos. "El Abuelo" debió haber muerto, era bastante débil, confiado y tan falto de iniciativa que tal vez eso lo orilló a no morir.


Desgraciadamente un soldado viejo no le sirve a nadie, aunque no lo crean somos soldados, no servimos a naciones ni gobiernos, pero si obedecemos órdenes y respetamos jerarquías, sólo que en lugar de obedecer a tipos con medallas y uniformes vistosos, servimos a gente con dinero y trajes caros, somos sicarios, matones, guardaespaldas, la crema y nata al servicio de la mafia, al menos yo aún soy parte del juego a diferencia de los perdedores que se reunen en este bar. Por qué vengo a este bar, nadie causa conflictos aquí, se le respeta como si fuera un asilo de veteranos, después de todo no por nada es "El Eterno".


El cantinero se acerca a Rosco, le cuchichea unas palabras, Rosco deja unas monedas en la barra, se levanta con una agilidad impresionante para su complexión y se dirige a la salida sin mirar a nadie, sólo alcanza a oir los gritos, los tipos de la mesa de la esquina por fin se aburrieron de "el Profesor" y lo alejan a patadas de su mesa. Rosco sólo tuerce el labio en un sincero gesto de tristeza y piensa: "Fueron lo suficiente corteses al no darle un balazo o acuchillarlo, pero lo bastante crueles como para no matarlo de una buena vez".