miércoles, 28 de enero de 2009

Harry Potter y el regreso a clases.

Aprovechando las últimas dos semanas que tuve de vacaciones, antes de comenzar un nuevo semestre, decidí leer los siete libros de Harry Potter, aclaro que ya los había leído, pero nunca de corrido. A pesar de que las historias son bastante buenas considero que leerlas antes de comenzar un curso escolar podría atraer alguno de los siguiente problemas:
  • Andar cargando una vara diciendo que es tu varita mágica, si alguien te pide que le muestres algo de magia le indicas que aún no tienes edad para hacerlo.
  • No regresar a la escuela pues nunca te llegó tu carta de Hogwarts.
  • Si evitaste lo siguiente, llegar tarde a tu primer día de escuela pues no encontrabas el andén nueve y tres cuartos en la estación del metro.
  • También llegar tarde o no llegar nunca esperando al camión en la entrada de tu casa con la vara antes mencionada en la mano, argumentando que llegará el autobus noctámbulo.
  • Llamarás a todas las personas muggles.
  • No llevarás útiles a la escuela, pues no encontraste el callejón Diagon.
  • Tampoco llevarás almuerzo, pues esperas alimentarte en el Gran Comedor.
  • Hablarás con las personas de las pinturas.
  • Creerás que tu director es un semidios.
  • Odiarás a tu profesor de química, confundiendo la asignatura con pociones.
  • Le tendrás miedo a los animales pues creerás que son animagos fugados de Azkaban.
  • No quedrás salir de tu escuela, y exigirás que te digan donde queda el dormitorio de tu casa.
  • Antes te pondrás cualquier trapo viejo en la cabeza y gritarás lleno de orgullo que estás en Gryffindor.
  • Demandarás a tu sistema de cable por no transmitir los partidos de quidditch.
  • Te deprimirás por no recibir ninguna lechuza con carta de tus amigos, sin embargo tu bandeja de entrada del correo estará llena.
  • Tomarás el coche de tus padres y te estamparás con un árbol, cuando te regañen le echarás la culpa al árbol.
  • Quedrás hacerte amigo del conserje y creerás que es un semigigante si es muy alto, o un semiorco o algo así, dependiendo de tu retorcida imaginación.
  • Llamarás aurores a los policias.
  • Dirás que tus cicatrices fueron causadas por un mago tenebroso.
  • Quedrás pagarle al de la combi con galeones.
  • Le robarás la escoba al conserje, y esperarás con ella en el patio la clase de vuelo.
  • Te llenarás de tinta china el querer escribir usando una pluma de gallina en papel quemado que llamarás pergamino.
  • Si algun profesor falta le dirás a todos tus compañeros que falta porque es un hombre lobo.
  • Cuando llamen a tus padres debido a tu comportamiento dirás que no estás loco y no quieres ir a San Mungo.

Francamente espero que no tengan ninguno de estos problemas, si tienen idea de algunos otros, se aceptan comentarios.

martes, 27 de enero de 2009

¿Quién es el presente?

Los adultos con frecuencia hacen alusión a los jóvenes de que son el futuro de la sociedad, que deben tomar conciencia, dejar de jugar, madurar y preocuparse por lo que va a pasar pues son directamente responsables del porvenir de la humanidad.
Considero que son demasiadas tareas para un adolescente que acaba de iniciar su recorrido por el mundo, que es inexperto e inseguro, que sigue siendo dependiente de sus padres, que no sabe lo que quiere y si lo sabe no sabe como conseguirlo.
Desgraciadamente es parte de la naturaleza humana deslindarse de las responsabilidades, por lo general espera que alguien más le resuelva la vida, todos somos grandes maestros creando enormes problemas y pocos saben resolverlos.
Siempre es mas fácil culpar a los demás, si repruebo es por culpa del profesor, si choco en el auto es por culpa del otro conductor, y el típico “es culpa del maldito gobierno” o bien, atribuimos lo que nos pasa a causas externas, si me enfermo es por culpa del clima.
Nunca nos atrevemos a reconocer nuestras propias fallas, que no estudiamos lo suficiente, que no manejamos de forma segura, o que no utilizamos la ropa correcta para el clima. Intentamos cobijarnos con excusas, evadiendo la responsabilidad.
Volviendo a mi primera afirmación, donde los adultos les atribuyen a los jóvenes que son el futuro, es una clara muestra de esto. Los adultos se deslindan de la situación actual y solo nos avisan los problemas que nos están dejando, nos dan un inventario completa de los asuntos inconclusos, pero ni una sola idea de cómo darles solución.
No niego que los adolescentes debemos ir tomando conciencia y prepararnos para tomar en algún momento las riendas de la sociedad, sin embargo, los adultos quieren que sea inmediatamente, y no solo eso, siempre estarán ahí para reprocharnos si se descarrió el caballo. No sólo se olvidan de su responsabilidad, también son expertos en los reproches.
El adulto se escuda exponiendo que el es el pasado y que su trabajo ya esta hecho, que el ya va de salida, y algunos, en un caso extremos, exponen que ya les preocupa más el mundo de los muertos que el de los vivos.
Y si el adulto se considera el pasado, y a nosotros se nos considera el futuro surge la enorme incógnita ¿quién es el presente?, ¿quién se encarga de las riendas del caballo bronco que cabalgamos todos?
Unos por añejos y otros por novatos nos lanzamos esa papa caliente que es la realidad evitando cargar esa loza, o ponernos el traje (con capa y todo) de superhéroe para salvar el día.
Los adultos deben tomar en cuenta que también son responsables del presente, que parte de su labor es guiarnos para que sepamos enfrentar las adversidades, y a su vez darle solución a sus propios conflictos.
Si realmente desean un mundo mejor deben entender que ellos son los tabiques de abajo, que si ellos no están firmes toda la construcción será inservible e insegura.
Los jóvenes tiene que poner todo su empeño para aprender de la experiencia de sus predecesores, para evitar sus errores o imitar sus aciertos, pero a su vez, buscar su propio camino, incluso crear sus propios problemas, siempre y cuando les den una solución.
Debemos entrar a ese mar que es la sociedad, poco a poco, primero el agua nos llegará a los tobillos, y poco a poco iremos aprendiendo a nadar, para que cuando el agua nos llegue al cuello no nos ahoguemos.
Aquí resalto una relación muy interesante, los adultos enseñan y nosotros aprendemos. Esta relación es efímera debido a que en algunas ocasiones los alumnos se vuelven maestros.
Los adultos olvidan cosas importantes que a veces debemos recordarles, y muchas veces se muestran mas inmaduros que los jóvenes al no aceptar su error, y peor aun, menospreciando el mérito del otro.
Y es que otro factor de esta ecuación es la soberbia, la cual todos poseemos, algunos en mayor medida que otros. Los adultos creen imposible que los supere un joven, y el joven no valora el camino recorrido por el adulto.
Algunos adultos se niegan a reconocer el talento que existe en los jóvenes, por miedo a verse superados mientras que algunos jóvenes creen que la experiencia solo nubla la visión de sus mayores considerándola un lastre mas que una consejera.
Olvidamos que para que se dé una semilla debió existir un árbol, que los adultos nos ahorran pasos, los pasos que ellos han comprobado llevan a ninguna parte, mientras que los jóvenes descubren nuevos caminos, las virtudes de ambos se complementan.
La memoria de los viejos es la base de la sociedad actual. Si el adulto no le enseñaba a su cría a utilizar el fuego, este no hubiera aprendido a cocinar. Todo lleva un proceso, incluyendo la sociedad, la cual debe evolucionar conducida por los jóvenes, pero a partir de donde la dejaron los adultos.
Debemos aprender a respetarnos y valorarnos los unos a los otros, dejar de vernos como los adultos amargados y los jóvenes alocados, empezar a vernos como colegas que navegan en el mismo barco, en un océano lleno de tormentas para llegar a una nueva tierra.
Afortunadamente existe gente que ya ha comprendido esto, algunos por convicción propia, otros convencidos a causa del destino, como el niño que se ve obligado a trabajar, pero no pierde la ilusión de estudiar para superarse, como los adultos que a pesar de que reciben una pensión con la cual mantenerse, y deciden seguir trabajando para sentirse útiles.
Deberíamos avergonzarnos de su ejemplo, pues muchas veces estamos en condiciones más llevaderas y aun así no hacemos nada por mejorar e incluso llegamos a quejarnos.
Todos tenemos un lugar en la sociedad, como piezas de una máquina compleja, y hasta que no tomemos conciencia y cada uno funcione de la mejor manera posible no avanzaremos.

viernes, 23 de enero de 2009

Un soneto absurdo

Un soneto absurdo.

Dime para que amor mueres la vida.
Dime porque quieres vivir la muerte.
Habla de cuando tú lloras alegre.
Si la tristeza consume la mente.

Día que pasa es morir un poco.
Sin tu amor niña me suicido un rato.
Es tu ausencia la que me vuelve loco.
A ésta revuelta pondremos un alto.

Si tan sólo vivieras el momento.
Si es que tú quieres vivir vive lento.
Al final se lo llevará el viento.

Algún día todos nos moriremos.
No pienses amigo en eso con odio.
Si terminará luego el episodio.

Autor: Jaime Ismael Moreno García

miércoles, 21 de enero de 2009

Más cerca, más lejos.

Los avances tecnológicos han dejado de ser instrumentos que facilitan tareas, para convertirse en elementos indispensables de nuestra vida diaria. Han revolucionado incluso nuestra manera de pensar.
Por ejemplo manteníamos la idea de Euclides de que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta, actualmente, la distancia más corta entre dos puntos es una llamada al celular o un correo electrónico.
La fiebre del celular es un fenómeno impresionante, la mayoría poseemos uno, pero pocos se limitan a usarlo sólo para hablar o enviar mensajes, mientras que los demás escuchan música, toman fotos, juegan, entre otras cosas. Supongo que los más frustrados son los suizos ya que los celulares contienen más funciones que sus mejores navajas.
Es curioso que pocos conozcan como funcionan e inclusive no muchos deben estar interesados. La comunicación mediante este dispositivo funciona gracias a dos elementos, una red de comunicaciones, formada por antenas repetidoras, llamadas células, y por la terminal, el dispositivo móvil.
Un detalle que me gustaría rescatar es la razón por la cual son llamados celulares en México y móviles en otros países como España. Esto se debe a la empresa que llegó primero a dar el servicio. En tierra azteca fue Iusacell, y en la península Movistar.
Desgraciadamente lejos de unir a las personas han logrado separarlas de manera sorprendente. Una vez viajando en el suburbano noté a tres personas hablando por sus respectivos teléfonos. Era impresionante como estaban rodeados de gente, sin embargo, estaban encerrados en su mundo, sin importarles los demás, evitando cordialidades, tal vez triviales, como un “buenos días” o un “con permiso”.
También la comunicación vía internet aísla a las personas, convirtiéndolas en náufragos dentro de un mar informático, pueden comunicarse a través de mensajes en botellas, pero el mensaje jamás va a transmitir los mismo que estando frente a frente, mirando a los ojos, sin escudarse tras un monitor.
Negar las ventajas de ambos sería hipócrita pues también los ocupo, pero me gustaría resaltar algunas desventajas que muchas veces pasan desapercibidas. El celular por ejemplo muchas veces atenta contra nuestra privacidad, no podemos escondernos de alguien porque tarde o temprano nos reclamará que no les contestemos la llamada o el mensaje.
Otro factor que cabe resaltar es la falta de humanidad en la comunicación. Por el celular podemos percibir tonos de voz persistiendo cierto calor humano en la charla, pero tanto los mensajes como los correos electrónicos son totalmente impersonales a pesar que los llenemos de los famosos emoticons, no transmiten emociones, sentimientos, al menos no con la misma intensidad.
El arte de conversar desaparece poco a poco ante la sencillez de escribir un mensaje, y lo peor, es que la mayoría de veces, estos están lleno de errores ortográficos justificando una rapidez al escribir.
Una vez más abusamos de la tecnología, es una pena que hayamos olvidado su verdadera intención (comunicar algo cuando las personas están lejos) sustituyéndoles por una forma de comunicación primaria.

lunes, 19 de enero de 2009

Lista de compras.

Todos hemos escuchado sobre la crisis, el poder adquisitivo ha disminuido (aunque ayer había mucha gente en el centro comercial), el punto es que hice una lista de cosas que me gustaría tener a pesar de la falta de dinero:

-Un sonrisa en los labios.
-Una canción en el corazón.
-Una meta fija en mis ojos.
-Un dulce sueño cuando duermo.
-Un buen libro en la mesita de noche.
-Un sabio consejo en los oídos.
-Un camino por recorrer.
-Un balón a los pies.
-Un amigo con quien hablar.
-Un hermano a quien ayudar.
-Un amor que compartir.
-Una chica a quién amar.
-Una película que ver.
-Esperanza en la humanidad.
-Un chiste que celebrar.
-Provocar una carcajada.

Mi lista está incompleta, pero por el momento es suficiente, espero ustedes también busquen alguno de estos peculiares objetos.

No piensen que soy uno de esos comunicadores que esperan motivar a todo el mundo (que mi madre dice que les acaban de dar programa en tele abierta como un plan de gobernación ante la crisis, no soy el único con teorías políticas de conspiración), ni hago reflexiones profundas y cuentos con moraleja, sólo que son cosas que en verdad me gustaría tener.

sábado, 17 de enero de 2009

En la mente de Peter Parker.

Hace poco escribí esto, tal vez crean que soy un maniático obsesionado con las historietas, en fin, espero les agrade:

Monólogo hablado por Peter Parker (Spider-Man).

Con un gran poder viene una gran responsabilidad, esa frase retumba en mi mente y vive dentro de mi corazón, si le hubiera hecho caso al tío Ben mi destino sería distinto. Sólo pensé en mí mismo, sólo quería ganar dinero fácil, sentir lo que era ser popular. Irónicamente ahora soy bastante popular. Todos conocen al sujeto de mallas que se columpia por toda la ciudad, aquél que siempre tiene una broma en los labios, que toma todo con humor, cuando en verdad estoy muerto de miedo. Pocos saben la verdad detrás de mí, un niño jugando a ser adulto, a pesar de todo lo que he vivido los que conocen mi identidad me siguen tratando como un adolescente, inclusive algunos toman un aire paternalista, pocos me hablan de igual a igual. He estado en los momentos difíciles, guerras interplanetarias, he luchado contra los rivales más poderoso, incluso le he salvado la vida a algunos de los héroes más grandes, sin embargo, parece que no soy digno de ellos, no soluciono los grandes conflictos. Únicamente vigilo New York, soluciono cuanto está en mi alcance, tanto Vengadores como Cuatro Fantásticos viven aquí y sin embargo, nunca han detenido un robo de banco o impedido un secuestro, para eso estamos los demás héroes, los que no tenemos un gran presupuesto, los que suelen ser atacados por la prensa. J.J. Jameson se ha encargado de volverme un villano. Nadie reconoce mi esfuerzo. Tal vez esto pasa por los errores que he cometido, Gwen Stacy murió en mis brazos, Gwen mi primer gran amor, tampoco pude salvar a su padre, e incluso Norman Osborn, el Duende Verde, padre de mi mejor amigo logró arrebatarme una vez más mi felicidad al llevarse a mi hija, la hija que tuve con mi amada Mary Jane. Debería abandonar el traje, vivir como un tipo común, pero cumplo un día más columpiándome por New York, gracias a poderes que nunca pedí, con una responsabilidad que no quería, y aquí estoy, a pesar de todas mis derrotas personales sé que debo estar aquí, evitar que alguien más sufra mi tragedia, honrar la memoria de todos aquéllos que confiaban en mí y no pude ayudar, demostrarles que no importa que mis poderes no sean los más espectaculares o efectivos, seguiré ahí con una broma estúpida dispuesto a arriesgar mi vida con tal de evitar más desgracias.

Autor: Jaime Ismael Moreno García.

Si esto les ha agradado y quieren compartirlo en otro lado, por favor denme el crédito, no soy el mejor escritor, pero si soy fan del trepamuros, así que si consideran bueno mi trabajo o tienen alguna sugerencia por favor comenten.

viernes, 16 de enero de 2009

Saludos

Tal vez no sea el tipo más brillante o el más simpático, sin embargo, apelando al derecho de expresión me encuentro aquí abriendo un espacio para darle rienda suelta al caballo de mi imaginación, liberando la presa que mantiene los caudales de mis ideales, que aunque no sean los más dignos u honorables son míos, y aprovechando el fantástico medio llamado internet puedo compartirlos con un mundo que tal vez no quiera escucharlos.
Espero no aburrirlos, al menos no demasiado, o más de lo que ya están, algunos estarán pensando que soy un tipo más, de aquellos petulantes, que piensan que con escribir un rato arreglarán al mundo, más no se preocupen, trataré temas variados, siempre desde mi punto de vista, supongo que a algunos no les agradará, pero es un mundo libre, así que eso es todo por hoy.

Espero este blog funcione, un saludo a todos.